Desde ya hace algún tiempo, se está poniendo de moda una nueva tendencia a la hora de salir a cenar algo con amigos y familiares. Me refiero a la cena de bocadillo. La demanda es la dueña del mercado, y a este tipo de cena recurrimos con alegría últimamente unos y otros. ¿También será por la crisis? Pues no creo. El invento de la crisis afecta realmente a uno de cada cinco ciudadanos de a pie, por lo que, afortunadamente, el resto de mortales no perdemos las buenas costumbres. Ni debemos perderlas, en aras de mover y dinamizar la economía. Porque sin con las medidas del Gobierno hemos de salir adelante, apañadicos estamos, queridos.
Pero ojo, que cenar de bocadillo no es cenar barato. El bocata de marras, jarra de cerveza o botella de vino curiosa, ensaladica de centro, postre casero, café y un chupito…oiga, al final 18,00 leuros, que son 3000 chuchas de las de antes. Aún así, sigue siendo una buena forma de salir a comer algo y alternar, sin meterse en 50,00 ni 60,00 leuros que se pueden ir por cabeza en algunos lares de esta inmortal.
Distintos garitos se están especializando en Zaragoza en la elaboración del bocadillo. Me vienen a la cabeza el Nevada, The Boss, La Placita, Musashi, Diego Velázquez o Quinta Avenida. También podríamos incluir terrazas varias, como la de los cubanos del Parque Pignatelli u otros de reciente apertura en barrios nuevos, como el Eterna en Valdesparguay. Pero sin ninguna duda, el que se lleva la palma, en mi opinión, en cuanto a calidad y elaboración del bocata es el Matarraña de calle Latassa. Creo que, con diferencia, marca un nivel de momento inalcanzado por ninguno de los otros que pretenden hacer competencia. Por no hablar de los postres que tienen, propios de cualquier restaurante de postín.
No tengo comisión alguna, pero recomiendo la experiencia. Eso sí, previa reserva por teléfono en uno de los dos turnos en los que te dan de cenar (9,00 u 11,00 horas PM) Ya me diréis… Ah, y no confundir con el de Doctor Cerrada, que no es lo mismo ni se le parece.
Pero ojo, que cenar de bocadillo no es cenar barato. El bocata de marras, jarra de cerveza o botella de vino curiosa, ensaladica de centro, postre casero, café y un chupito…oiga, al final 18,00 leuros, que son 3000 chuchas de las de antes. Aún así, sigue siendo una buena forma de salir a comer algo y alternar, sin meterse en 50,00 ni 60,00 leuros que se pueden ir por cabeza en algunos lares de esta inmortal.
Distintos garitos se están especializando en Zaragoza en la elaboración del bocadillo. Me vienen a la cabeza el Nevada, The Boss, La Placita, Musashi, Diego Velázquez o Quinta Avenida. También podríamos incluir terrazas varias, como la de los cubanos del Parque Pignatelli u otros de reciente apertura en barrios nuevos, como el Eterna en Valdesparguay. Pero sin ninguna duda, el que se lleva la palma, en mi opinión, en cuanto a calidad y elaboración del bocata es el Matarraña de calle Latassa. Creo que, con diferencia, marca un nivel de momento inalcanzado por ninguno de los otros que pretenden hacer competencia. Por no hablar de los postres que tienen, propios de cualquier restaurante de postín.
No tengo comisión alguna, pero recomiendo la experiencia. Eso sí, previa reserva por teléfono en uno de los dos turnos en los que te dan de cenar (9,00 u 11,00 horas PM) Ya me diréis… Ah, y no confundir con el de Doctor Cerrada, que no es lo mismo ni se le parece.