lunes, 22 de junio de 2009

Las cabezonadas de Belloch


Desde hace unos días las excavadoras han vuelto a hacer aparición sobre la lámina de agua de nuestro Padre Ebro.Yo, ciertamente, cruzando el Puente de Piedra “me descompongo”, que decimos en Aragón. Un riñón y parte del otro nos está costando a los zaragozanos la cabezonada de este buen señor empeñado en dejar atrás una legislatura que pasará a la historia por lindeces como su crucifijo en el Salón de Plenos, los barcos del Ebro, la calle de Monseñor Escrivá (“habrá una calle con consenso o sin él”-apuntaba el exministro en su día) y la perla del tranvía.Y todo esto desde el partido del talante. Sí, sí, de los del capullo en la mano, aunque parezca mentira. Y no se engañen. Si los populares le arrebatan el bastón de mando en 2011 el dichoso tranvía se lo comerán los de la gaviota con patatas, pero los barcos, por su inviabilidad económico-financiera durarán menos que un caramelo en la puerta de un colegio. Tiempo al tiempo. ¡Que por mucho que se empeñe el de la Soriano, este río no es navegable, coño! Y no lo digo yo. Buena cuenta de ello dieron ya nuestros antepasados maños.Y este, dale que te pego. Que dicho sea de paso, de leyes sabrá, pero de navegación, un cero a la izquierda.

En tiempos de crisis, Sr. Alcalde, menos barcos y mas austeridad y seriedad. Con todos mis respetos, esto es tomarle el pelo al ciudadano, que año sí, año también, ve como se incrementa sin piedad la carga impositiva, mientras sus dirigentes dilapidan con alegría y soltura sus contribuciones en forma de tasas a las arcas municipales, que, dicho sea de paso, no son pocas. Y aquí no pasa nada. Claro, las urnas colocarán a cada uno en sus sitio, dicen algunos, pero hasta que llegue eso, casi nada lo del ojo…

Y al tranvía, algún día de estos le dedicaremos capítulo especial. Mientras se proyecta la obra, recortes en el mantenimiento de TUZSA y autobuses del año la pera que se caen a pedazos (más viejos que mi Nissan Sunny), poco dignos de una ciudad que parece tiene que ser escaparate nacional y mundial. Prepárense en cuanto llegue el calor a ver autobuses con calentones y los portones del motor abiertos. Los aires acondicionados, de risa. ¿Se han parado a escuchar los frenos? Una penica, oigan. Pero eso sí, vamos tener un tranvía que va ser la leche. Que Dios(o el que sea) nos pille confesados.

1 comentario:

Deivid dijo...

Yo estoy de acuerdo con Antoño, que aún se deja algunas otras cabezonadas como la de La Romareda en la anterior legislatura.
Por no hablar de la cabezonada continua de subir sin parar los impuestos municipales desde su llegada en 2003. Sin ir más lejos, el IBI más de un 60%. Gobernar así también lo sé hacer yo.
Pese a ello, en 2011 tendrá el honor de dejarnos el ayuntamiento más endeudado de la historia.
A este paso va a hacer bueno a González Triviño.
Saludos,
Deivid.