miércoles, 3 de agosto de 2011

Turistas a oscuras

Desde hace mucho tiempo, el alumbrado del tramo de San Juan Bautista de la Salle (también llamada Vía Parque) a la altura del Camping Municipal no funciona o simplemente está apagado, sumiendo a los conductores y a los viandantes que transitan esa zona en la más absoluta y penosa oscuridad. Desconozco si la causa de tal penumbra es el robo del cableado de cobre o simplemente razones de ahorro energético impuestas a los ciudadanos a golpe de decreto en tiempos de crisis. En ambos casos el Ayuntamiento de Zaragoza que dirige el Sr. Belloch es el único responsable. En el primero de ellos, por no subsanarlo con la suficiente rapidez y celeridad. En el segundo, por haber elegido una zona diariamente frecuentada por turistas para ahorrar en luz, mientras en otras empresas que se acometen se malgasta y se derrocha dinero. La imagen que Zaragoza da a los visitantes que eligen el camping como alojamiento, resulta más que vergonzante y vergonzosa.

Si queremos convertir a Zaragoza en una ciudad de primera, el Ayuntamiento debería cuidar más estos detalles. La ciudad crece y se expande, pero luego hay que mantenerla y conservarla como mandan los cánones. De lo contrario, por mal camino vamos.

miércoles, 22 de junio de 2011

Seguridad Social Vs pólizas de salud: algo falla


Recientemente he pasado por el quirófano para ñapear una hernia inguinal (de esas que les salen a los que curran mucho). Puesto que el sistema público de asistencia sanitaria (también llamado Seguridad Social) tiene muchas virtudes (buenos medios técnicos, mejores profesionales) pero también tiene muchos defectos (masificación, listas de espera interminables, lentitud en la atención no urgente, regulares estancias…), algunos mortales, como un servidor, tenemos contratada un póliza de salud privada que, fundamentalmente, sirve para poder agilizar y dinamizar las intervenciones quirúrgicas y las pruebas diagnósticas con las que nos eternizaríamos en la SS. Todo es mucho más rápido. No descubro nada hasta ahora.

Para tratar y reparar mi hernia he utilizado pues mi póliza particular. Y dicho y hecho. En cuatro días, consultas, pruebas, preoperatorio y operación. En estos momentos, tras mi paso por quirófano y una noche en la clínica, convaleciente en casa (lo que me hace tener tiempo libre para escribir estas líneas)

Lo que no entiendo, por más vueltas que le doy, es que cómo es posible que cuando se realiza la misma intervención en el sistema público, el alta hospitalaria se realiza en el mismo día (sin hacer noche en el hospital, vaya). Vamos, que un ciudadano que no tiene póliza privada no necesita los tantos goteros de Nolotil y Paracetamol que me fueron inyectando de forma y manera alterna a mi cada cuatro horas y que me hicieron pasar la noche más que cómodamente en la cama del hospital. Algo falla. Si el paciente es el mismo (yo mismo podría haber recurrido al sistema público, unos meses más tarde), ¿por qué el protocolo a seguir no? ¿Pero no es la asistencia sanitaria privada la que pierde calidad en una búsqueda desesperada de recortar gastos para aumentar los beneficios? ¿O será que se está recortando servicios públicos empeorando la calidad de los mismos, siendo el mismo de siempre el que paga los platos rotos? Más me inclino por esta segunda opción, queridos y queridas.

En fin, salud que tengamos, que hambre no faltará…

jueves, 9 de septiembre de 2010

Zaragoza tiene tren...pero no tiene tranvía


El culebrón de la cuestionada obra del tranvía que puso en marcha el Equipo de Gobierno PSOE-PAR en el Ayuntamiento de Zaragoza en plena crisis económica, nos depara un nuevo capítulo, que parece no va a ser el último. Ahora nos damos cuenta de que el trazado estipulado puede que no sea el correcto, puesto que en el tramo del Mercado Central impediría la circulación rodada de los vehículos. Y como nos percatamos ahora del tremendo inconveniente, estamos seguros de que, para modificar todo el proyecto inicial, se volverá a encargar un estudio técnico a alguna empresa privada que nos costará un riñón y parte del otro a los ciudadanos de a pie, que empezamos a estar ya cansados de tanta insensatez. Todo para hacerlo circular posiblemente por San Vicente de Paúl y el Coso, trazado igualmente discutible, o más, por otra parte.

Quizás habría que sugerirle al Sr. Alcalde que, con el mismo talante negociador que se ha tratado últimamente a los trabajadores de la plantilla municipal, hubiera sometido a consenso ciudadano la obra del tranvía, y las posteriores modificaciones que se quieren realizar a salto de mata. ¿No se dejó que los ciudadanos decidieran el color del Puente de Hierro, asunto de vital importancia para el futuro de esta Ciudad?¿Por qué no se les pregunta sobre esta cuestión?

A este paso, si algún socio de Gobierno plantea demoler el Mercado Central o incluso moverlo de sitio, o meter el tranvía por el Tubo (que no por otro sitio), el Alcalde podrá aceptar la propuesta, siempre en aras del consenso, igual que se hizo con la calle Escrivá de Balaguer o con el crucifijo del Salón de Plenos, mientras el resto de mortales miramos boquiabiertos las habilidades de gestión de estos nuestros dirigentes.

Que pena…ya estamos en precampaña electoral.

sábado, 20 de marzo de 2010

Gastrónomos del Ebro


Ayer tuve la ocasión de asistir a la primera gastroquedada organizada por Gastrónomos del Ebro, una brillante idea recién puesta en marcha, entre otros, por mis primos Sergio Vela y Patricia Sola. Más de 70 personas interesadas y apasionadas por el buen comer y el mejor beber nos dimos cita en El Arrozal de Casa Juanico, restaurante que goza de un privilegiado enclave en la zaragozana calle Santiago, junto al Palacio de Montemuzo, y que venía al pelo para la ocasión. “La borraja reivindicativa” era el lema sobre el que giraba esta primera puesta en escena que iba a poner de manifiesto si la aventura triunfaba y merecía la pena, o simplemente se trataba de una locura nacida de una noche de fiesta y un par de copas. Pues incógnita resuelta. La convocatoria resultó ser un rotundo éxito que dejo a más de uno en lista de espera, y que tiene pintas de convertirse en una idea que dure y perdure en el tiempo, repitiendo el poder de convocatoria de la primera gastroquedada.

Dicho y hecho. Siete platos, postre incluido, a modo de degustación, que contaban con borraja de "Delicias de la Huerta" entre sus ingredientes y la cata de tres vinos de “Corona de Aragón”: un joven, un crianza y un blanco con mitad y mitad de Macabeo y Chardonnay.

Si mezclamos en un puchero, una buena y original idea, con el interés, inquietud y cariño de los organizadores, resulta un plato como el que ayer se presentó en la mesa. Gastrónomos del Ebro tiene un gran porvenir porque cuando hay capacidad, dedicación y valía es difícil que las cosas salgan mal. Y de eso les sobra a mis parientes y me consta que al resto del equipo. Y además, quedó demostrado que iniciar su andadura con algo tan vinculado a esta tierra aragonesa como la borraja y por supuesto sus vinos, era una garantía de éxito. Sin duda es un modelo a seguir y a aplicar en todos los ámbitos de nuestra sociedad que haría que otro gallo nos cantara en Aragón: lo primero, lo nuestro.

La colaboración de “El Arrozal”, de “Delicias de la Huerta” y de la bodega de Cariñena “Corona de Aragón” fue también indispensable. Y, como no, la buena disposición de todos los asistentes, deseosos de conocer el devenir de esta bonita aventura. Creo que todos salimos más que satisfechos de lo vivido anoche, y no sólo por lo excelente de lo degustado, sino también por la armonía y el buen rollo reinante.

Lo dicho. Creo que todos estamos de enhorabuena. Como ya les dije hace unos días, iniciativas de este tipo engrandecen a esta tierra y también a sus gentes, y por lo tanto, tendrán todo mi apoyo desde este mi rincón de la Red. Animo a los organizadores y les deseo toda la suerte del Mundo en esta bonita aventura en la que se han embarcado. Nosotros, Dios mediante y mientras lo permita la agenda y la Agencia Estatal de Meteorología allí estaremos. Toño Andía dixit.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El reenvío de correos electrónicos


Los que bien me conocen, saben que yo era un gran aficionado al envío de correos electrónicos a los contactos que siempre he considerado VIP,s de mi libreta de direcciones. Además, era amigo de añadir un comentario personalizado en cada emilio, comentario a veces más interesante que el propio archivo adjunto, según me manifestaban en ocasiones algunos de mis amigos.

Puesto que mi agenda se ha apretado de forma considerable en estos dos últimos años y mi tiempo libre se ha reducido exponencialmente, al menos entre semana, me he visto obligado a aparcar ciertas actividades que antes realizaba con más alegría. Entre otras, los mencionados envíos de correos electrógenos. No obstante, he de decir que conductas de algunos internautas se están cargando el encanto que tenía dicho reenvío de correos entre la población cibernética. La falta de tiempo hace materialmente imposible poder abrir todos los e-mails que se reciben, por lo que, lo que me ocurre es que voy almacenando los correos en una carpeta que pasé a denominar Pendientes, a la espera de poder gozar de algún rato y ganas para abordar su lectura. Misión imposible. Ya son varias las veces que, alcanzados más de quinientos mensajes sin leer en esa carpeta habilitada para archivarlos, he procedido a mandar el montante de correos a Torrecilla de Valmadrid (localidad zaragozana en cuyo término municipal se encuentra el vertedero de basura) sin abrirlos ni leerlos. Una pena, pero es lo que hay.

Me da la sensación de que este problema lo tiene, lamentablemente, gran parte de la ciudadanía que se mueve por estos lares virtuales. Es por ello, por lo que deberían acostumbrarse los internautas aficionados al reenvío a filtrar los correos recibidos y proceder exclusivamente al envío de aquellos que de verdad puedan tener algún interés para el destinatario. De lo contrario, dinamitamos este invento en cuatro días. Yo por lo menos, no tengo ninguna gana de abrir la avalancha que inunda mi webmail día sí, día también. En fin, así están las cosas, y así se las hemos contado.

lunes, 22 de febrero de 2010

Ciudadanos de primera, políticos de tercera


La dichosa Expo nos dejó, entre otras muchas cosas, un desolador paisaje en el meandro de Ranillas. Esta misma mañana he circulado por los exteriores y los esqueletos de los pabellones bien podrían servir de escenario para rodar por la noche alguna película de Stephen King. Mientras se celebraba la muestra internacional, empresas varias se iban a hacer con una parte para instalar allí tras su finalización sus cuarteles generales. Pues rien de rien, que diría un gabacho. Casi todas se han echado atrás, como consecuencia de la crisis que azota, según dicen, al Mundo mundial.

Con motivo de la Expo, el Alcalde Belloch se saco de la chistera una nueva concejalía(o consejería que dicen ahora) para nombrar a su amiguete Jerónimo Blasco titular de Grandes Proyectos (chúpate esa), pasando a segundo plano a la buena de Pilar Alcober. Sin haberlo elegido el Pueblo soberano, el de Mora de Rubielos nos impone a este curioso personaje, con el único cometido de pensar en grandes eventos en los que embarcar a esta nuestra ciudad.

Pasó, como decía, la Expo y llegó la crisis. Vamos por cuatro millones de parados y parece que se puede llegar a cinco. Día tras día se destruye empleo. Se cierran negocios y las empresas despiden trabajadores a mansalva. Miles de ciudadanos pasándolas putas (con perdón). Hasta los inmigrantes se vuelven, los que pueden, a sus países de origen. El consumo ha caído en picado y sigue cayendo. Todo ello con un Gobierno incapaz de solucionar nada. Pues bien, la máxima preocupación de nuestros políticos municipales y de su Consejero de Grandes proyectos, el ínclito Blasco, con la aquiescencia de su endiosado Alcalde, es discurrir eventos en los que se pueda aventurar a esta Inmortal de Zaragoza. ¿No les da vergüenza? ¿A qué se debe todo este afán festivalero? ¿Se trata de una maniobra más de distracción encaminada a despistar a los ciudadanos de los verdaderos problemas? Queridos señores: dejen ya de tomar el pelo al personal, déjense de Exponabos, capitalidades culturales, olimpiadas y demás chorradas en vinagre y dedíquense a sacar a este país, a esta ciudad y a este pueblo del agujero en el que se encuentran inmersos. La suerte es que al final el tiempo pone a cada uno en su sitio y será el propio sistema, a través de las urnas, el que mande a todos a su casa. Lo malo es que a ver quien viene luego. Porque ya se sabe, luego vendrán, los que bueno te harán.

jueves, 11 de febrero de 2010

Del Restaurante La Bóveda del Mercado

En la Plaza del Mercado de la Saqueada por ser siempre Fidelísima (así reza su escudo) Ciudad de Borja se encuentra ubicado el Restaurante La Bóveda, dirigido magistralmente por el bueno de José Baya. Para visitantes del Campo de Borja o que van camino del mítico Moncayo, se trata de un más que recomendable establecimiento que se ha hecho merecedor de ser mencionado en este humilde rincón de la red de redes. José es un profesional de los pies a la cabeza. El trato que dispensa en “su casa” es francamente excepcional y resulta cuando menos chocante que siempre lo encuentres al pie del cañón. Ya se sabe, predicar con el ejemplo.

El sitio es muy acogedor, cálido me atrevería a decir. Una antigua bodega en sótano da cobijo a este paraíso gastronómico, mentado y reconocido en prestigiosas guías de carretera. Con una carta excelente y un más que destacable menú del día de lunes a sábado, presenta una ratio calidad-precio más que digna. Algunos platos ya se han convertido en clásicos e inamovibles de la carta. Lo impide la propia demanda del respetable público, que al final siempre es el que manda. Me atrevo a nombrar, a sabiendas de que cometeré algún olvido, la crepe de morcilla con salsa de foie, la ensalada de tomate con queso de cabra y módena, las puntas de solomillo con pimientos del piquillo, el revuelto de borrajas y las alcachofas con foie, entre otros muchos. También hay que destacar el helado de vinagre de módena y la ensalada de perdiz escabechada. Siempre regados con una amplia y variada carta de vinos, en la que siempre destacarán los excelentes caldos de la zona, la cuna de la garnacha.

Es conveniente, casi obligatorio, llamar con antelación si no queremos tener problemas de mesa. En precios, como ya he comentado, mantiene el tipo con dignidad, moviéndose entre los 14,50 leuros del menú y los 40,00 a los que, arriba o abajo, nos podemos ir con su acertada carta.

Como dice mi amigo marraquino Julio Navarro, “lo importante es la compañía, pero si se come bien, mejor”.Merece la pena hacer un día una excursión (casi es un paseo) y comprobar lo aquí escrito y relatado in situ. A buen seguro que el viajero saldrá satisfecho. Baya es una apuesta segura. Yo así lo creo y así lo cuento.