lunes, 24 de agosto de 2009

Al rico bocadillo

Desde ya hace algún tiempo, se está poniendo de moda una nueva tendencia a la hora de salir a cenar algo con amigos y familiares. Me refiero a la cena de bocadillo. La demanda es la dueña del mercado, y a este tipo de cena recurrimos con alegría últimamente unos y otros. ¿También será por la crisis? Pues no creo. El invento de la crisis afecta realmente a uno de cada cinco ciudadanos de a pie, por lo que, afortunadamente, el resto de mortales no perdemos las buenas costumbres. Ni debemos perderlas, en aras de mover y dinamizar la economía. Porque sin con las medidas del Gobierno hemos de salir adelante, apañadicos estamos, queridos.

Pero ojo, que cenar de bocadillo no es cenar barato. El bocata de marras, jarra de cerveza o botella de vino curiosa, ensaladica de centro, postre casero, café y un chupito…oiga, al final 18,00 leuros, que son 3000 chuchas de las de antes. Aún así, sigue siendo una buena forma de salir a comer algo y alternar, sin meterse en 50,00 ni 60,00 leuros que se pueden ir por cabeza en algunos lares de esta inmortal.

Distintos garitos se están especializando en Zaragoza en la elaboración del bocadillo. Me vienen a la cabeza el Nevada, The Boss, La Placita, Musashi, Diego Velázquez o Quinta Avenida. También podríamos incluir terrazas varias, como la de los cubanos del Parque Pignatelli u otros de reciente apertura en barrios nuevos, como el Eterna en Valdesparguay. Pero sin ninguna duda, el que se lleva la palma, en mi opinión, en cuanto a calidad y elaboración del bocata es el Matarraña de calle Latassa. Creo que, con diferencia, marca un nivel de momento inalcanzado por ninguno de los otros que pretenden hacer competencia. Por no hablar de los postres que tienen, propios de cualquier restaurante de postín.

No tengo comisión alguna, pero recomiendo la experiencia. Eso sí, previa reserva por teléfono en uno de los dos turnos en los que te dan de cenar (9,00 u 11,00 horas PM) Ya me diréis… Ah, y no confundir con el de Doctor Cerrada, que no es lo mismo ni se le parece.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Una verdad a medias,una mentira


Frecuentemente los medios de comunicación nos proporcionan la información sesgada, incompleta y con poco rigor. Esto no es bueno. Unas veces por poca profesionalidad, otras por pereza y otras por desconocimiento. Quizás porque hoy en día la noticia se basa mucho en las notas de prensa y poco en investigar y contrastar los datos. Incluso me atrevo decir otra causa más: el servilismo y trato de favor (cuando interesa) al político de turno. Como decía José María García, uno se levanta por la mañana y en función del periódico que lea, la radio que escuche y la televisión que vea, parecerá estar viviendo en distinto país y en distinta sociedad. Las cosas como son.

Una información mal dada, con idea o sin ella, es una tomadura de pelo al ciudadano de a pie. Ejemplo al canto. Recientemente nos estamos enterando por los medios de la liberalización total del peaje de la AP-68 desde Figueruelas hasta Gallur. Este tramo ahora está libre en su 50% para aquellos usuarios que lo utilizan el mismo día y que llevan instalado en su auto el aparato de Vía-T. Un titular cualquiera de un periódico cualquiera de estos últimos días: “El Gobierno de Aragón y Fomento liberalizarán completamente la AP-68 hasta Gallur este otoño” Claro, la mayoría de los mortales con eso se quedan. Todos contentos, hasta que descubres que los requisitos para no pagar serán los mismos que hasta ahora: uso en el día y aparato de marras. Pero claro, el titular es cojonudo, que diría un castizo. Pues como esta, una detrás de otra.

Lo dicho, una verdad a medias es una mentira. Señores de los medios: más rigor, mejores titulares, más contraste, estudio de los datos antes de publicarlos y profesionalidad. Todo lo que no se base en estos pilares, como decimos aquí en Aragón, ganicas de enredar. Saludos cordiales.

Tráfico: nueva tabla de sanciones

Parece ser que el Congreso ha aprobado una nueva tabla para su aplicación a la hora de multar a los conductores que excedan de los límites de velocidad. Algunos dicen que es afán recaudatorio. Lo cierto es que, como ya es sabido, los españoles sólo aprendemos a “hostias” (con perdón). Es verdad igualmente que algo se va ganando. Pero aún falta mucho. Seguimos más preocupados por la multa en sí que por el riesgo que conlleva no colocarse el cinturón o circular a velocidad excesiva. Ahora bien, si el fin se consigue, bendita sea la medida.

Acabo de volver de un viaje a Galicia y uno va observando lo que ocurre por nuestra red viaria. Ya he oído algún comentario sobre la nueva tabla de sanciones, en la que resulta que circular entre 121 y 150 km/h sólo acarrea 100,00 leuros de multa, que se quedan en 70,00 si pagas pronto. En ese tramo, no se pierden puntos. No han tardado en aparecer ya conductores que, poco preocupados por los radares fijos que están debidamente señalizados en la carretera, amén de localizados por los navegadores, no les tiembla la voz al afirmar que, a partir de ahora, prefieren circular a 150 km/h. Y si les pilla el radar móvil, pues oye, 70,00 leuros no es nada.

A pesar de los pesares, queda mucho por hacer. Seguimos matándonos como ratas en las carreteras. Esto si que es realmente una pandemia, y no las gripes que, en los últimos tiempos, se inventan unos y otros. Y ojo, que nadie se olvide de las red de carreteras, que si bien va mejorando poco a poco, sigue habiendo auténticos caminos de cabras, indignos de un país que teóricamente progresa. Y si no, que se lo pregunten a los conductores que recorren el tramo de nacional que va de Pedrola a Mallén. Vergüenza me dio el otro día, volviendo de mi viaje, pasar de la autovía que viene de Tudela al tramo que comentamos. Uno parece que llega al Tercer Mundo. Y encima línea continua y a 80 km/h (olé tus huevos…) Seguimos siendo Comunidad Autónoma de segunda… o de tercera.