miércoles, 3 de febrero de 2010

El dichoso tranvía


La construcción y futura puesta en marcha de la primera línea de tranvía en Zaragoza ha levantado una polémica entre la ciudadanía que merece un apunte en este Blog. Conviene comenzar con las cosicas claras. Se podría articular un debate en torno a las necesidades de mejora del transporte público en esta Ilustre Ciudad. En algún que otro artículo ya hemos abordado el tema de los autobuses urbanos, con sus virtudes y sus defectos. No voy a entrar en ese debate. Lo que ahora es ya una realidad es que tenemos media urbe levantada por una obra cuya realización y conveniencia no deja de ser más que discutible y cuestionable.

Sin entrar pues a discutir si Tranvía SI o Tranvía No, ¿era este el momento de meter a la Ciudad en semejante inversión? ¿Es una prioridad dotar a Zaragoza de una línea de tranvía? Un ciudadano de a pie, ¿se reforma la cocina y el baño, cambia las puertas de la vivienda y se compra unos muebles nuevos para el salón cuando su economía doméstica se encuentra maltrecha y en época de vacas flacas?

Estamos viviendo la peor crisis económica y financiera de los últimos 70 años. Se están destruyendo empleos a mansalva y lo que te rondaré, morena. Infinidad de familias no son capaces de llegar a final de mes en unas condiciones dignas. Zaragoza acaba de salir antes de ayer de una Expo que la ha transformado de Norte a Sur y de Este a Oeste, lavando la cara de una Ciudad que lo único bueno que sacó de la muestra fue un gran salto en el tiempo en lo referente a sus infraestructuras. Incluso se circulaba bien por sus calles allá por el último trimestre de 2008, algo inédito para sus conciudadanos. Y la idea más brillante que se les ocurre a nuestros dirigentes municipales es esta obra que no convence a casi nadie y que parece más el fruto de una cabezonada que algo meditado y convenientemente valorado.

Claro, y siempre habrá alguno que me diga que se crea empleo. ¿Y el que se destruye? Basta con preguntar a todos los comerciantes de la zona para ver cómo les están afectando las obras y qué reajustes van realizando en sus correspondientes plantillas. En fin, que ahora ya es tarde. La plataforma Zaragoza Sin Tranvía no fue mala idea, pero llegó muy tarde. Eso sí, el Alcalde pide consejo a la Ciudadanía para ver de qué color se pinta el Puente de Hierro. ¿Se pensará que somos gilipollas?

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