Recientemente he recibido en mi domicilio del barrio de los músicos dos nuevos ejemplares de las guías de teléfono, las blancas y las amarillas. Una pena. Aún tengo las del año pasado envueltas en su plástico y todo. Ni tocarlas. Cuando necesito un teléfono recurro a la Interné, mucho más sencillo y rápido. Sres. de Telefónica, que yo no las quiero, coño…Semejantes tochos no hacen en casa más que estorbo, amén de ser inútiles y colaborar con tan desproporcionada utilización de papel en la salvaje guerra que los humanos le hemos declarado al planeta. ¿Recuerdan el espectáculo del Iceberg? Menudo drama…
Todo ello en una ciudad que además se ha erigido en estandarte del desarrollo sostenible en la ya quasi olvidada Expo 2008.Una ciudad en la que, como en casi todas, se derrocha papel de forma y manera totalmente descontrolada, sin que nadie haga casi nada para evitarlo. Yo hace ya bastantes años que ordené a mi banco que todos los comunicados me llegaran por correo electrógeno. Primera medida recomendable. Por no tener, no tengo ya ni libreta. Segunda. Me niego. ¿Para qué la quiero, friends?
Con pequeños gestos como estos, podemos contribuir a frenar esta debacle medioambiental por la que nos recordarán generaciones venideras. Y todo esto en la sociedad del plástico. Los vertederos están invadidos por enormes cantidades del fatal material. Hace 60 años, casi ni existía. Hoy es un cáncer más de nuestro medio ambiente. Concienciarse el ciudadano de a pie, obligatorio. Que nuestros dirigentes pongan medios y facilidades, imprescindible. Pongamos todos un poco de nuestra parte. Premio a los buenos, mano dura a los malos. Por tus hechos te santificarán o te crucificarán, amigo mío…
Todo ello en una ciudad que además se ha erigido en estandarte del desarrollo sostenible en la ya quasi olvidada Expo 2008.Una ciudad en la que, como en casi todas, se derrocha papel de forma y manera totalmente descontrolada, sin que nadie haga casi nada para evitarlo. Yo hace ya bastantes años que ordené a mi banco que todos los comunicados me llegaran por correo electrógeno. Primera medida recomendable. Por no tener, no tengo ya ni libreta. Segunda. Me niego. ¿Para qué la quiero, friends?
Con pequeños gestos como estos, podemos contribuir a frenar esta debacle medioambiental por la que nos recordarán generaciones venideras. Y todo esto en la sociedad del plástico. Los vertederos están invadidos por enormes cantidades del fatal material. Hace 60 años, casi ni existía. Hoy es un cáncer más de nuestro medio ambiente. Concienciarse el ciudadano de a pie, obligatorio. Que nuestros dirigentes pongan medios y facilidades, imprescindible. Pongamos todos un poco de nuestra parte. Premio a los buenos, mano dura a los malos. Por tus hechos te santificarán o te crucificarán, amigo mío…
2 comentarios:
las páginas amarillas no las uso... para eso está, como tú muy bien dices, Interné... pero y las blancas??? no nos que da otros güevs porque la información que contienen no está disponible en la red de redes... para cuando las páginas blancas on-line?
Estimada Doña Col,
En la misma web de páginas amarillas tiene usted acceso a las páginas blancas, y no sólo las que le llegan a su casa, sino ¡¡las de toda España!!! Así que el comentario su primo y mi hermano Antoño es aplicable también a las páginas blancas. Le invito a entrar y comprobar si está, la dirección es http://blancas.paginasamarillas.es/
Mi teléfono no lo encontrará pues al que quiera se lo doy yo en persona.
http://deividenlaonda.blogspot.com
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