El culebrón de la cuestionada obra del tranvía que puso en marcha el Equipo de Gobierno PSOE-PAR en el Ayuntamiento de Zaragoza en plena crisis económica, nos depara un nuevo capítulo, que parece no va a ser el último. Ahora nos damos cuenta de que el trazado estipulado puede que no sea el correcto, puesto que en el tramo del Mercado Central impediría la circulación rodada de los vehículos. Y como nos percatamos ahora del tremendo inconveniente, estamos seguros de que, para modificar todo el proyecto inicial, se volverá a encargar un estudio técnico a alguna empresa privada que nos costará un riñón y parte del otro a los ciudadanos de a pie, que empezamos a estar ya cansados de tanta insensatez. Todo para hacerlo circular posiblemente por San Vicente de Paúl y el Coso, trazado igualmente discutible, o más, por otra parte.
Quizás habría que sugerirle al Sr. Alcalde que, con el mismo talante negociador que se ha tratado últimamente a los trabajadores de la plantilla municipal, hubiera sometido a consenso ciudadano la obra del tranvía, y las posteriores modificaciones que se quieren realizar a salto de mata. ¿No se dejó que los ciudadanos decidieran el color del Puente de Hierro, asunto de vital importancia para el futuro de esta Ciudad?¿Por qué no se les pregunta sobre esta cuestión?
A este paso, si algún socio de Gobierno plantea demoler el Mercado Central o incluso moverlo de sitio, o meter el tranvía por el Tubo (que no por otro sitio), el Alcalde podrá aceptar la propuesta, siempre en aras del consenso, igual que se hizo con la calle Escrivá de Balaguer o con el crucifijo del Salón de Plenos, mientras el resto de mortales miramos boquiabiertos las habilidades de gestión de estos nuestros dirigentes.
Que pena…ya estamos en precampaña electoral.
Quizás habría que sugerirle al Sr. Alcalde que, con el mismo talante negociador que se ha tratado últimamente a los trabajadores de la plantilla municipal, hubiera sometido a consenso ciudadano la obra del tranvía, y las posteriores modificaciones que se quieren realizar a salto de mata. ¿No se dejó que los ciudadanos decidieran el color del Puente de Hierro, asunto de vital importancia para el futuro de esta Ciudad?¿Por qué no se les pregunta sobre esta cuestión?
A este paso, si algún socio de Gobierno plantea demoler el Mercado Central o incluso moverlo de sitio, o meter el tranvía por el Tubo (que no por otro sitio), el Alcalde podrá aceptar la propuesta, siempre en aras del consenso, igual que se hizo con la calle Escrivá de Balaguer o con el crucifijo del Salón de Plenos, mientras el resto de mortales miramos boquiabiertos las habilidades de gestión de estos nuestros dirigentes.
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